
En un carrusel de feria dorado aún casi en silencio al alba, amanece despacio en París.
Amanece en silencio de los niños anhelados por subirse y perderse en la mágia de las vueltas de esta atracción. Los padres calman sus esperas, pero el silencio se pausa o se para…
Vuelven los niños y las niñas a sus vidas de mágica Francia, como una vida en Rosa como una vida en libertad y dorada magia que hacen brillar sus ojitos y soñar.
Nada de nada de estos viajes en el carrusel se les olvidará.
Y nada de nada de estos viajes harán que se arrepientan. Porque con sus recuerdos de infancia barren el fuego de los miedos, de aquellos que no quieren soñar…